Vítor a San Pedro de Alcántara, memoria y restauración de una fiesta.
Significado:
La etimología de la palabra VITOR, viene del latín, «Víctor». Cuyo significado es, «VICTORIOSO». El significado del sustantivo de esta palabra, «VITOREAR», significa dar ovaciones, aclamar, loar, aplaudir… por haber realizado proezas o acciones heroicas e incluso gloriosas. Como es el caso de esta tradición arenense, extensible al resto de las poblaciones de esta comarca abulense del Valle del Tiétar.
Datos históricos del Vítor celebrado en Arenas de S. P. el día 22 de septiembre del año 1669.
Fuentes documentales:
- Libro de Aclamación de San Pedro de Alcántara en la Villa de Arenas. Escrito por Fr. Manuel de S. Martín el año 1669. (Pág.- 159, 160). Libro que se custodia en la biblioteca del convento alcantarino de San Andrés del Monte.
- Almanaque Parroquial de D. Marcelo Gómez Matías, año 1922. (Pág. 50). No hay memoria viva de esta fiesta. Tampoco he hallado dato bibliográfico alguno de su celebración, en los años sucesivos. Quizás en el archivo municipal, pueda haber la respuesta. Pues siempre que se ha festejado al patrón de nuestra ciudad, el Ayuntamiento de Arenas, ha colaborado de forma más que activa. Asumiendo todo tipo de gastos asociados, como pudiera ser el Vítor.
Como se hizo aquel primer Vítor en loor de San Pedro de Alcántara y consideraciones:
El día 22 de septiembre de 1669, «concluída la procesión a la solemnidad, y celebridad suya, se siguió la de la noche, que fue grande, en una mascarada muy lucida. Llegada la hora competente para ella, se encendió en luminarias toda la villa, sin haber casa, que en fuego exterior…» Así comienza fray Manuel su relato a cerca del vítor, precedido por una luminaria, similar a la que se sigue realizando en la vecina y hermana villa de Poyales del Hoyo, en honor a San Sebastián.
Luminaria en la que se quemaban tomillo (cantueso) y o romero silvestre. A ser posible algo verde, con el fin de provocar el máximo de humo. Humo que era interpretado como incienso con el que aromar el recorrido del Vítor, así como de alejar todo lo maligno o negativo. En Arenas se hacían grandes luminarias en las desaparecidas fiestas de la Octava del Corpus. Por lo que sencillamente se repitió el mismo ritual de purificación por toda la ciudad, pero en esta ocasión, en vez de para que pase la preciosa y valiosa custodia. Para cuando pase el estandarte de San Pedro de Alcántara.
Recuerdo las palabras de la recientemente desaparecida Toñi la peluquera, de las Pelayas, cuando la pregunté qué sentido tenía quemar tomillo en la Plazuela, para las luminarias del Corpus. Me respondió, que era como un incienso que subía para que lo oliera y agradara a Dios. Aun se siguen alfombrando los altares donde parara la procesión del Corpus Cristi, con tomillo (cantueso). Tomillo que, una vez cumplida su función, se recoge con afán, pues tiene poderes contra los rayos, tempestades e incluso enfermedades, basta con colgarlo en las rejas de ventanas o balcones, cabeceras de tálamos, o bien quemando unas hojitas.
Si hay más que memoria de las perdidas fiestas del Corpus y luminarias de su octava. Yendo grupos de niños y jóvenes al monte a cortar el tomillo días antes, compitiendo por ver qué calle, plaza o barrio, quemaba la luminaria más grande. Muchos de nuestros mayores, aún recuerdan una de las luminarias más grandes, la que ardía en la plaza de los dos quioscos, en mitad de la corredera. Esta la hacían entre todos los vecinos, y de forma más activa los hijos de Don Pío. Mi padre me decía que como eran muchos hermanos, su luminaria si no la mayor siempre era de las más grandes. Luminarias que en las que no se quemaba más que tomillo.
Costumbre esta de ir a por el tomillo al monte, para alfombrar el recorrido de la custodia, en nuestra ciudad se remonta al siglo XII y sobre todo XII. Otorgándole poderes benéficos protectores. Costumbre que dio pie a una de los más horrendos crímenes que aún se recuerdan en el nombre de una calle. La calle de La Niña Perdida. Niña hija de cristianos nuevos que salió al monte a por el tomillo para el Corpus. Y que fue violada y arrojada a un pozo por un cristiano viejo borracho. Historia que aún se cuenta y confunde con leyenda.
Pero continuemos con el Vítor. Tras este ritual de «limpieza», en perfecto orden dio comienzo el recorrido por toda la población, vitoreando al Santo de Arenas, extendiendo la noticia de su canonización. Al grito de: VITOR SAN PEDRO ALCANTARA CANONIZADO Y CORONADO EN EL CIELO.
Aunque Fray Manuel no lo cita, bien podemos deducir leyéndole. Que, para llevar a cabo aquel Vítor, contó un nutrido grupo de personas que organizaron de algún modo. Pues cuenta como se congregaron en la Enfermería, a la cabeza el Conde Oropesa, Juan de Frías y Mendoza, y lo más granado de aquella nobleza española de mediados del siglo XVII. En dicho lugar había ya dispuesto un altar dedicado a la Santísima Trinidad. Siendo este el punto desde el que comenzó un recorrido «por las principales calles. Recorrido que por desgracia no dejó detallado. Limitándose a aludir a lo lucido y limpio de las calles, y engalanadas ventanas, puertas y balcones. Y el olor al tomillo y al romero flotando en el ambiente.
Una vez allí reunidos, y arengados por palabras sabias de hermanos franciscanos, a cerca de la vida y obra del Santo y su vínculo con nuestra ciudad. Dio comienzo el Vítor. Escribió fray Manuel; «Salió la mascarada con lucidas libreas, y diestros, y bien aderezados caballos… Don Juan de Frías y Mendoza iba en primer lugar portando el estandarte de San Pedro…» No dice dónde terminó, pero Insiste en lo lucido de calles y plazas y la alegría del evento, acompañado por extraño que parezca por máscaras.
Don Marcelo por su parte, y con el siempre ilustrado instinto de sus escritos, poniendo en nuestras manos, parte de nuestra memoria histórico-cultural. En el almanaque de 1922, nos da una visión personal del mismo libro escrito por Fray Manuel. Interesante resulta el hecho de que también menciona como parte fundamental, las luminarias de tomillo, así como las máscaras con libreas. Con frases como estas; «Con el mismo orden y apostura discurrió la máscara por las calles y plazas del pueblo resonando en boca de todos, «Vítor San Pedro de Alcántara, canonizado y coronado en el cielo».
Estos son los datos de los que he partido para intentar ayudar al Ayuntamiento y ciudad de Arenas, a recuperar esta interesante y particular tradición arenense. Siendo la concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Arenas de San Pedro, el motor impulsor de este proyecto en el que todo el mundo tiene lugar y participación directa o indirecta. Organizando un equipo de trabajo formado por Rosana Hernández, Esther Farraces, Lourdes Sánchez y Ana García.
Cuando nos reunimos para ver cómo se podía hacer esta mascara con lucidas libreas, ante las lógicas dudas de cómo podían ser aquellas máscaras, y aun sabiendo que lo más probable es que fueran portadas por hombres. Creímos sin perder la esencia, bien podían ser dos máscaras, una masculina y otra femenina. Para las máscaras femeninas usaríamos la peculiar indumentaria de «Las Jalbegaoras». Y para ellos gracias a los datos de Fray Manuel, sabemos que tales máscaras vestían lucidas libreas. Un solo dato, pero relevante, muy relevante.
Me gustaría antes, explicar y argumentar que significa eso de «lucidas libreas». A priori puede inducir a pensar que hace referencia a unas prendas como casacas, con chalecos y bragas. O a una especie de levita que llevaban los siervos y criados a partir del siglo XVIII. Pero eso no puede ser, pues las lucidas libreas de las máscaras a las que hace referencia fray Manuel, son al menos cien años anteriores, a las francesas.
Me puse manos a la obra, y busqué posibles paralelismos en otros carnavales españoles, y Eureka, encontré la respuesta. Os voy a poner como ejemplo el carnaval de la bella población de El Palmar, Tenerife. Concretamente su interesante fiesta de «El baile de Las Libreas». Baile en el que los actores principales son hombres vestidos con ropas blancas, mascaras demoniacas, con cuernos, pieles y colas de cabra o macho cabrío. Personajes que causalmente aparecen con recurrencia en nuestra provincia como puedan ser los Cucurrumachos, o las Toras por poner dos ejemplos. O los desaparecidos Jarramaches de Guisando y Arenas.
Por lo que creí oportuno proponer vestir a esta máscara con calzones y camisa o camisón blancos. Decorados con cintas en forma de espiga en mangas y piernas. Dos pañuelos de merino de flores estampadas cruzados a los hombros. A la cintura una piel de cabra u oveja sujeta con un cinturón, una máscara de madera (en su defecto escayola) con cuernos de cabra doméstica o montesa, carnero, vaca, ciervo, corzo, etc. Con pieles, crines o vellones. Calzando botas para mayor comodidad al ir a caballo. Máscara cuya faz queda siempre a la vista, pintada de negro, rojo y blanco.
Estas máscaras con formas que dan miedo, y que incluso persiguen o acosan sobre todo a los más pequeños y a las mozas. Pertenecen a un amplio grupo ritual prehistórico, compartido y repartido por toda Eurasia. Seres que aparecen desde el solsticio de invierno, hasta el del verano. Y cuya finalidad no es otra que la de «despertar al sol y alejar el frío y la oscuridad», para que caliente la tierra, haciéndola fértil y productiva. Por lo tanto, aun teniendo tales apariencias, lo cierto es que son espíritus protectores, que se llevan con ellos los rigores, estrecheces y enfermedades propias de las carencias que impone el invierno.
La máscara femenina es la misma que la que nos ha quedado en la memoria viva. Recuperada antes de esta tremenda epidemia virológica. Y que pueden tener lugar en esta tradición. Estas llevaban un par de enaguas blancas. Camisa o blusa del mismo color. Una toquilla de lana, en este caso pañuelo o mantón prendidos al revés. Esto es, con el pico por delante, cruzándolo por la espalda. Mandil de ringurrango a ser posible, puesto al revés, dos pañuelos con los que ocultar el rostro, tizne en la parte que queda a la vista, frente y pómulos. Y dientes falsos hechos de patata.
Teniendo todo esto en cuenta y algunas consideraciones más, para el Vítor del próximo 23 de abril del presente año, tras la ofrenda floral en la plaza del Castillo. A golpe de los tambores, en comitiva nos dirigiremos a la puerta del templo parroquial. Una vez allí, las personas que van a portar el estandarte del Santo y el Vítor, llaman dos veces, con tres golpes a la puerta. Sin que la puerta se abra. La tercera vez, se golpea tres veces al tiempo que la persona que golpea la puerta dice en alta voz; Ave María Purísima». Desde dentro, un hermano franciscano, el párroco y una autoridad local, responden; «Sin pecado concebida», al tiempo que abren las puertas del tempo de par en par, y las campanas resuenan a gloria o fiesta.
- Del templo sale el hermano franciscano que entregará a un representante de la Asociación Amigos del Palacio, el estandarte de San Pedro. Junto al fraile el párroco con el Vítor, que se lo entregará al caballero que lo vaya a portar. Y con ellos el concejal de cultura con las dos máscaras a caballo como escoltas del estandarte. Estos una vez a lomos de los caballos, encabezaran el recorrido.
- Tras el estandarte y las dos máscaras a caballo, las demás máscaras y personas que vistan de forma tradicional con los trajes de serrana, artesana, boda o tornaboda. Entre estos los gaitilleros, y toda persona que vaya a pie. Vista o no los trajes tradicionales. Tras ellos los caballeros y amazonas. Encabezando esta parte del recorrido, la persona que porta el Vítor.
- Desde la puerta de la iglesia, por la Plaza del Altozano, calle Mesones, plaza de la Cruz Verde y calle la Santísima Trinidad, iremos al son de las dulzainas y canciones propias de la tierra, hasta llegar a la Enfermería. Donde habrá un altar residido por un hermano Franciscano, que dirigirá unas palabras a cerca de la vida y obra del Santo. Encendiéndose al final del pregón una luminaria. Dando inicio desde allí al Vítor.
El resto del recorrido aún no está establecido, pues es imprescindible la organización del mismo por parte de los participantes y el Excmo. Ayuntamiento de Arenas. Pero si las tres paradas con su pregón, luminaria y baile. Estas serán en la Plazuela de las Monjas, otra en la encrucijada o placita de Adolfo Cejudo, y otra final del recorrido en la plaza de la Nava.
Al final, desde la plaza de la Nava, hasta la puerta de la iglesia, una carrera por parte de los caballeros y amazonas participantes. Teniendo el primero o primera que llegue el honor de colgar el Vítor, y llevarlo en el recorrido del siguiente Vítor. Y así sucesivamente. Las personas que quieran participar en esta carrera final, tendrán que inscribirse previamente en el ayuntamiento, una vez nos hayamos reunido con ellos.
Durante el recorrido, frente a las casas que estén con las puertas abiertas y adornadas con pañuelos, mantones, colchas, guirnaldas vegetales, velas encendidas, etc. se les entregara un ramito de romero o tomillo y una Paloma del Santo bendecida. Al final tras colgar el Vítor, y entrar de nuevo las máscaras, vítor y estandarte al templo al tiempo que suenan las campanas. Tras cerrarse las puertas del templo, en la Plaza del Ayuntamiento, se repartirá la caridad del Santo en forma de, «La Paloma del Santo», bendecida.
Abriéndose un baile tradicional con una de las mejores gaitillas abulenses, los amigos de Filigranas. Todo ello patrocinado por la concejalía de cultura arenense. Y digo todo ello, porque esta tradición es realmente para todos; arenenses, ramacastañeros, parreños, hontanareños, y demás vecinos de los vecinos Valles del Tiétar, Vera de Plasencia y Campana de Oropesa.
El objetivo es pasar una buena jornada, en armonía, todos unidos y reunidos, orgullosos de tener como eje la figura de San Pedro de Alcántara. Y aunque siempre le hemos considerado, como nuestro Santo, queremos invitar a participar de esta fiesta a toda aquella persona que quiera venir. Vestidos con sus trajes tradicionales o no, con el fin anteriormente referido de exaltación del Santo. Y aunque hay un patrocinador y una organización ambos estamos deseando escuchar vuestras ideas o aportes en caso de que se os ocurra algo y os apetezca hacer algo en vuestra casa o calle, ya que esta fiesta la tenemos que hacer nosotros.
Es cosa nuestra de Arenas de San Pedro. Para ello solo tenéis que hablar con nosotros.