Daniel Peces Folk - Folclore y tradiciones de España
El folclore de España por Comunidades

El folclore de España por Comunidades

Diversidad cultural

El folclore de España por Comunidades

Intentaré explicar el porqué de la variedad y también las coincidencias de el folclore de España por Comunidades y regiones.

A lo largo del tiempo la Península Ibérica ha sido dividida en diferentes territorios, provincias, comunidades, reinos, etc.
Las primeras referencias a estas divisiones son de la Edad del Hierro, que conocemos gracias a los escritos de romanos y griegos como Estabón, Plinio o Diodoro.

En ese tiempo los invasores foráneos, vieron una gran diferencia entre los pueblos de raíz céltica de la zona centro oeste atlántico,
respecto a los pueblos orientalizados del sur y todo el mediterráneo peninsular.

Con la incorporación de Iberia (Hispania para los romanos) al imperio romano, la península comienza a dividirse
primero en dos grandes provincias, la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior.
Esta primera división no correspondía a toda la península, sino a dos franjas del Mediterráneo.
Posteriormente y a medida que iban conquistando el resto del territorio ibero, celta y celtibero, fueron dividiendo el territorio,
primero en tres grandes provincias: Lusitania, Tarraconense y Baetica.
Y después en cinco, a saber:  la Gallaecia, la Lusitania, la Tarraconense y la Bética.

Divisiones que poco variaron durante la ocupación visigoda, pero que se vieron ciertamente trastocadas
con la llegada de los árabes en el siglo VIII, y la formación del califato de Córdoba y los posteriores Reinos de Taifas, hasta la caída del Reino Nazarí
de Granada en el siglo XV.

Tras la lenta reconquista cristiana, las nuevas demarcaciones provinciales, obispados, reinos, condados etc., se van manteniendo más o menos como los conocemos actualmente.

Muchos de ellos erigidos sobre antiguas sedes obispales y ciudades anteriores a la llegada de los árabes, como Toledo, Mérida, Sevilla, Ávila,
Valladolid, Santiago de Compostela. Sin embargo hasta finales del siglo XVIII y sobre todo el siglo XIX, no podemos hablar de nuestro
patrimonio inmaterial o folclore, según los patrones de cada comunidad autónoma, ya que estas no existían.

Con todo he de añadir que desde las repoblaciones de la reconquista, muchas villas y ciudades con sus alfoces, siguieron perteneciendo
a la nobleza y clero español hasta bien entrado el siglo XX, a los que tributaban por estar bajo su jurisdicción.

Por otro lado en algunos lugares, sobre todo los fronterizos, se dieron paradojas como en la provincia de Ávila,
a cuyo obispado pertenecieron las toledanas Campanas de Oropesa  Talavera y Lagartera, junto al el extremeño Campo Arañuelo.
Sin que dichas comarcas, dejaran de tributar y pertenecer a las provincias de Toledo y Cáceres respectivamente.

Este hecho se repite como decía en la mayor parte de las comarcas fronterizas españolas y nos hace pensar, que a pesar de las diferencias
visibles entre provincias y comunidades, hay zonas como estas de frontera en las que los límites entre provincias o
comunidades autónomas es difícil, sino imposible, de vislumbrar, adquiriendo particularidades propias muy interesantes
en cuanto a manifestaciones folclóricas y patrimonio cultural en general.

Por todo lo dicho, si queremos hablar de folclore de España por Comunidades, tenemos que esperar
hasta las demarcaciones más recientes sin dejar de tener en cuenta la historia anterior.

Demarcaciones que fueron trazadas como os comentaba, a medida que los reinos cristianos iban repoblando el territorio
y recuperando a las tropas hispano árabes.

Aquel gran movimiento y mezcla de personas durante el tiempo de las repoblaciones medievales, (por grupos heterogéneos
de carácter indígena, así como contingentes galos e italianos, más los judíos, árabes, bereberes, africanos, amerindios, filipinos.

A estos habría que sumar las culturas de la Hispania casí como las llegadas desde oriente y el atlántico anteriormente mencionadas,
sumando más y más pueblos y con ello culturas, a nuestro acervo cultural, hasta el siglo XIX. Siendo en el transcurso del siglo XX,
cuando tendremos las últimas y hasta ahora definitivas demarcaciones por provincias y estas a su vez en comunidades autónomas.
Por lo que es a partir del siglo XIX, cuando realmente podemos hablar del folclore por Comunidades.

Toda esta impresionante historia, unida a la privilegiada y estratégica situación geográfica de España, hizo que por toda la Península Ibérica
se repitieran patrones de conducta, ritos, costumbres, fiestas, danzas, trajes, etc., cuyo origen ahora se nos presenta incierto
y sobre todo tan diverso que a veces parece incluso opuesto.

Eso explica como, independientemente de las características propias de cada comunidad, se vean retazos aislados de costumbres
de todas estas épocas por toda la Península Ibérica.  Es como si cada Era fuera un océano que se va secando, dejando islas
por todas partes, islas que anteriormente estaban unidas por el agua, pero que poco a poco fueron quedando aisladas
y desperdigadas por todo el territorio.

Con el tiempo, y como es lógico, dichas manifestaciones culturales y sobre todo folclóricas,
van adquiriendo características propias que las va diferenciando poco a poco en la forma
pero no en su esencia, sentido u origen primigenio.

Pero junto con los condicionamientos históricos y humanos referidos anteriormente, no podemos dejar de lado,
los condicionamientos impuestos por la materia prima disponible o carente en cada zona en cuestión.

Materia prima que viene condicionada directamente por la meteorología, la calidad de la tierra, la hidrografía,
la riqueza forestal, minera, etc. de cada comarca y que conlleva además, un necesario e intenso intercambio de materias excedentes,
con las que hacerse con las carentes. Esto implicó un complejo sistema organizativo económico y social en el que no solo
se mercadea, traen y llevan enseres, herramientas, alimentos, vestidos; sino que con ellos se intercambiaban
algo más importante: creencias, pensamientos, noticias.

Esta condición que podríamos llamar «del medio natural al humano», supone paralelismos entre culturas lejanas, pero que viven
en medios naturales con similares recursos. Así por ejemplo, los pueblos que habitan a orillas del mar, (así como los que están en
medio de fértiles valles o los que sobreviven en agrestes montañas, o en alejadas islas) se ven obligados a buscar soluciones para resolver
problemas similares, problemas y situaciones que el medio natural impone a todos ellos por igual. Esto les da unas características
propias y comunes entre todos ellos por muy distantes que estén.

Así que si queréis descubrir, saber o aprender, como es el patrimonio inmaterial de España y el folclore por comunidades autónomas y regiones, no estaría de más echar un vistazo antes a la herencia histórica y por lo tanto cultural de la comunidad a estudiar así como al medio geográfico y físico en el que se desarrollan, para luego centrarse en el folclore yendo una por una de las diferentes comunidades autónomas. Comunidades que actualmente son como sabéis: Las Islas Canarias, Ceuta, Melilla, Andalucía, Murcia, Valencia, Castilla la Mancha, Extremadura, Castilla y León, Madrid, la Rioja, Galicia, Principado de Asturias, Cantabria, Navarra, País Vasco, Aragón, Cataluña y las Islas Baleares.

Os llevareis gratas e inesperadas sorpresas, si al mismo tiempo que rebuscáis en dichos lugares, hacéis lo mismo en aquellos
otros sitios y gentes con las que se interrelacionaron a lo largo del tiempo.

No hay que olvidar que tanto Aragón en el mediterráneo, como Castilla y León en África y al otro lado del atlántico, fueron
primeras potencias marítimas que recorrieron todos los mares, donde dejaron y de donde importaron, todo tipo de cosas tanto materiales
como inmateriales. Cosas propias que da la mezcla de sangre innata del pueblo español, que no tuvo reparos en mezclar su sangre, y el alma.

Ir al contenido
A %d blogueros les gusta esto: