Así hay danzas de parejas mixtas o del mismo sexo
Otras se bailan por tríos, grupos de cuatro parejas, de ocho, de doce, indefinido. También en círculos, y en hileras, formas y estilos que bien merecen un poco de atención, tomando como ejemplo las danzas de las tierras y pueblos del partido jurisdiccional de Arenas de San Pedro, por ser la comarca natural que mejor conozco, pero que bien se puede extrapolar a gran número de las danzas de nuestra Comunidad Autónoma y comunidades vecinas.
Empezaré por las danzas de cortejo: Todas las danzas de cortejo o rivalidad son interpretadas por parejas independientes, del mismo modo que las danzas festivas desarrolladas en los bailes principales, bien en locales cerrados como pudiera ser el caso de las danzas y bailes de bodas, o en las calles y sobre todo en plazas mayores, como pudiera ser en las fiestas de los Carnavales, Ferias o Fiestas principales, etc.
Existen pocas coreografías concretas para este tipo de danzas: Hileras de parejas –mixtas o no- enfrentadas generalmente. Más bien se trata de ir creando cada cual su propio estilo de danza, utilizando todos los participantes los mismos pasos o movimientos, que debido a la personalización espontánea de los mismos, hace que parezcan diferentes a simple vista.
Cuando tenían lugar estas danzas públicas, solían participar parejas de bailaores y bailaoras reconocidos que animaban espoleando al resto.
Solían estar compuestos por parejas de buenos amigos, que animaban para darse el gusto todos ellos de bailar o por matrimonios cuya complicidad y confianza hacía que este tipo de danzas de cortejo alcanzaran su máxima expresión.
En estas danzas es dónde podemos apreciar con todo lujo de detalles, la diferencia tan rotunda que hay entre los movimientos cadenciosos de las mujeres, frente a los movimientos requebrados de los hombres, lo que hace que, aún haciendo ambos el mismo paso, parezca diferente.
En estas danzas es normal que cada cual haga el paso que le dé la gana, sin tener por qué coincidir con la pareja y se lo pueden permitir, gracias a la sincronía que existe entre ambos y a su capacidad de reacción ante las posibles imprevisibles evoluciones de la pareja.
Las evoluciones se van tejiendo desplazándose en las mudanzas los hombres tras las mujeres.
Ellas parecen “torear” los requiebros de sus parejas, demostrándoles su agilidad, inteligencia e incluso superioridad en el sentido integral de la palabra. Los hombres bailan frontalmente sin perder de vista a sus parejas, con los brazos más altos que ellas acompañándose de castañuelas. Las mujeres bailan de forma lateral sin dar la cara a sus parejas, que no tienen más opción que el de seguirlas sin descanso.
Giran y se trasladan a su antojo, utilizando el amplio vuelo de sus diferentes faldas tradicionales y el movimiento de los brazos para invitar a acercarse o a alejarse a su “partener”. También podemos observar cómo en estas danzas se da una inversión de los papeles, ya que en ellas, las que mandan son las mujeres.
De hecho, cuando se bailan estas danzas de cortejo por parejas mixtas, siempre se deja que empiece la dama; de este modo elije “el pié”, obligando al hombre a comenzar con el pié opuesto, esté habituado o no a empezar y bailar con él.
En estas danzas de parejas exentas dónde tienen y pueden utilizar todo el espacio a su antojo, podemos observar cómo en los estribillos o mudanzas, los desplazamientos suelen ser circulares, utilizando para ello cruces, giros con más o menos fuerza o velocidad.
En las contradanzas o estrofas se interpretaban en el lugar que estaban sin desplazarse apenas del mismo. El contexto en el que interpretaban estas danzas solía ser el de las bodas. Fiestas que al menos en estas tierras duraban varios días, habiendo otros tantos previos y posteriores en los que también se celebraban otras fiestas y ritos relacionados con las fiestas matrimoniales tradicionales.
Los bailes de la noche son los más intensos, por la complicidad y confianza que da el saberse rodeado de familiares y amigos; esto hace que el clima sea muy especial y apropiado para este acto sagrado.
Además, todos los invitados lucen sus mejores galas y están presentes guitarreros y buenos cantaores tradicionales, sin los cuales estas danzas no serían posibles.
Determinadas voces, toques de guitarra, laúd, calderillo, almirez… de los mejores intérpretes, hacían que los danzantes llegasen a cotas insospechadas de belleza, armonía y por qué no decirlo de amor. Armonizaban la intencionalidad de las letras generalmente en forma de copla, de cuatro versos octosílabos, siendo las rondeñas, veratas y malagueñas, las piezas tradicionales con más carga de expresividad, sentimiento y emotividad.